24 noviembre, 2020

Liderazgo transformacional y emocional: liderar en tiempos difíciles.

¿Cómo podemos motivar y guiar al equipo en estos tiempos de pandemia, incertidumbre y crisis?. Varios de vosotros nos habéis transmitido esta pregunta últimamente, así que he decidido dedicar este post a compartir algunas reflexiones y consejos prácticos sobre este tema, ya que veo que se trata de un reto algo común.

El liderazgo es una pieza clave en la cultura de una empresa, un punto de los que más impacto directo tiene en los resultados de la compañía. En la actualidad han surgido múltiples circunstancias que han hecho que los entornos laborales cambien. De forma generalizada, ha aparecido una gran incertidumbre, descenso de actividad, aumento vertiginoso de la digitalización y de nuevas tareas relacionadas con ésta, cambios de rumbo y de objetivos, y, en el peor de los casos, circunstancias más complicadas aún, tales como ERTE’s, ERE’s o reestructuraciones.


¿CÓMO CONSEGUIR EMPUJAR Y GUIAR A UN EQUIPO BAJO ESTOS FACTORES ADVERSOS?


Lo primero que os propongo hacer es reflexionar sobre qué es “liderar”, cuál es el objetivo de un líder ante un equipo. Hay muchas teorías y versiones, pero vamos a ser prácticos y atendamos a su etimología. “Liderar” viene del término inglés “lead” (dirigir, ir adelante, guiar…) y del sufijo “-er” (agente, el que hace la acción de…en este caso, guiar o dirigir). Hay un cierto consenso en que liderazgo es el proceso que consiste en influir en otros, en un grupo, para orientarlo hacia el logro de unos objetivos.

Y, fijaros en que he dicho influir, no mandar, ni supervisar, ni vigilar, ni ordenar, ni revisar cumplimiento…El micromanagement no es liderar, aunque hay veces que las empresas lo imponen en su cultura como estilo de supervisión, que no de liderazgo, porque, en ese caso, lo que se da es una ausencia clara del mismo: la gente cumple con su trabajo, por múltiples razones, pero no porque tengan el compromiso adecuado y porque quieran dar lo mejor de sí mismos. Y eso no ayuda en las crisis.

Este último aspecto es el motor de las empresas. Conseguir equipos motivados y comprometidos hace, no sólo que se obtengan los objetivos a lograr, sino que se vayan superando y aumentando continuamente. Así que, primera reflexión: liderar es guiar a un equipo hacia la consecución de un objetivo, influyendo en sus miembros para que quieran, deseen e intenten dar lo mejor de sí mismos para lograrlo.

La segunda reflexión debe ir sobre qué estilo de liderazgo hay que poner en marcha, qué acciones y comportamientos nos ayudan a lo anterior, especialmente, dentro de entornos difíciles o adversos.

En mi opinión, de las múltiples teorías que hay sobre liderazgo, la que más sentido cobra ahora y que sería más adecuada aplicar como estilo de liderazgo general en las empresas es la de liderazgo transformacional, definida por primera vez por James MacGregor Burns (1979). Se trata de un liderazgo proactivo, que funciona para cambiar la cultura de la organización mediante la implementación de nuevas ideas. Los colaboradores alcanzan objetivos a través de altos ideales y valores morales. Se les anima a poner los intereses del grupo primero, pero con una consideración individualizada para cada uno, según sus necesidades. Igualmente, el líder lleva a cabo una estimulación intelectual, promoviendo ideas creativas e innovadoras para resolver los problemas que se van planteando.

Y aquí veis ya algunas de las pautas: se debe prestar atención individualizada y poner el foco en cambiar en los colaboradores su forma de ver los problemas, estimularlos para cambiar paradigmas y conseguir, así, que hagan un esfuerzo adicional para alcanzar las metas establecidas. Estas acciones aumentan el compromiso de las personas, pues se las reta por estimulación y, además de percibir que logran resultados, ven que van obteniendo una clara transformación como profesionales y como personas, lo que hace que se involucren con mayor interés.

Sin embargo, esto no es fácil de hacer en época de crisis, ya que los obstáculos pueden ser mayores que en épocas de crecimiento per se. En circunstancias adversas, no sólo hay que estimular y transformar más que nunca. Bajo mi punto de vista, también hay que introducir un elemento de inteligencia emocional. El líder debe preocuparse por cómo estas circunstancias pueden estar afectando emocionalmente a sus colaboradores. Y de nuevo, otra pauta importante: se deben trabajar las emociones. 

El líder debe trabajar, en primer lugar, las suyas propias: tolerar frustraciones, desarrollar resiliencia, saber expresar adecuadamente emociones negativas como ira, enfado, tristeza…Además, debe trabajar la empatía, como herramienta básica de liderazgo: identificar las emociones de los otros, ponerse en su lugar, entender la razón de por qué las muestran y qué puede estar pasándoles. Igualmente, se deben establecer canales de comunicación oportuna para todo, momentos en los que compartir lo que haya, aplicando escucha activa.

Inquietudes, incertidumbre, desmotivación, frustración, desgaste, etc., son temas que pueden aparecer y hay que tratar de contrarrestarlos, con emociones positivas, valores y fines mayores, moralmente elevados, de crecimiento y transformación ante los posibles problemas.

Cambiar los paradigmas y cambiar a las personas, requiere inteligencia emocional. El liderazgo emocional, introduce estos conceptos. Si eres manager, pon el foco en ellos. Esto no significa que debas “absorber” las emociones de tu equipo y neutralizarlas, sino que debes saber gestionar a las personas atendiendo a las mismas, adaptando tu comportamiento para ello.

Las compañías deberían invertir en analizar, diagnosticar y conocer qué estilo de liderazgo presentan sus managers, tanto a nivel colectivo (en la cultura de la Organización), como cada uno a nivel individual con sus equipos. Hay que dotarles de las herramientas adecuadas y trabajar con ellos en programas que les ayuden a desarrollar el estilo de liderazgo adecuado. 

Desde Steps for Talent ya habíamos hablado hace dos años y medio de esto, en nuestro post de “Jefes Obsoletos y Nuevos Modelos de Liderazgo”. Sin embargo, lo que entonces parecía el futuro, ha venido ahora para aterrizar de golpe. Liderar transformando y con inteligencia emocional se ha vuelto necesario e imprescindible para que el tejido empresarial continúe avanzando.

En Steps for Talent tenemos claro esto y ayudamos con programas customizados, adaptados a la situación concreta de cada una de nuestras empresas clientes. Analizar, crecer y superar…eso es lo que se debe hacer en épocas de crisis. Todos deberíamos poner el foco en ello. Ánimo, nadie dijo que liderar en épocas de crisis fuera una tarea fácil. Pero si tratas de guiar a tu equipo hacia delante (como implica el término inglés), ayudándoles a transformarse y atendiendo a la gestión emocional de las circunstancias, recibirás un enorme regalo intangible a cambio. Prueba, contribuye a crear entornos positivos de trabajo y descubre lo que es.

 

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