25 julio, 2018

En vacaciones..¡Coge el timón de tu vida profesional y navega!

En vacaciones..¡Coge el timón de tu vida profesional y navega!

Ya están aquí las deseadas vacaciones de verano… ¿Necesitas evadirte de todo, desconectar, frenar, parar…?. Esto suele ser lo habitual, llegadas estas fechas veraniegas. Casi todo el mundo llega “desgastado” de todo el año, haciendo las maletas no sólo con ropa, guías turísticas y diferentes enseres personales, sino metiendo en cajas cerradas, y bien cerradas, el desgaste, el sobreesfuerzo, los problemas diarios que impiden percibir el trabajo como algo positivo (léase falta de recursos, de tiempo, de presupuestos, etc., etc.).

Todo ello constituye una vorágine diaria que hace que tengamos que superarnos en el día a día, convenciéndonos de que no nos queda otro remedio, hay que lograr alcanzar los objetivos establecidos, lo que se supone que hemos de hacer cada año, pero en muchos casos, como si fuéramos magos o fabricantes de milagros, ya que no siempre es fácil sacar adelante los temas establecidos con las circunstancias que nos acompañan. Lo increíble es que la mayoría lo logra, pero pagando un cierto precio de cansancio físico y emocional. Eso hace que nos vayamos tranquilos de vacaciones, con el deber cumplido, pero con pocas ganas de volver a ese entorno laboral que nos resulta tan demandante y exigente.

¿CÓMO CONSEGUIR VOLVER DE VACACIONES CON LAS PILAS CARGADAS, CON UNA PERSPECTIVA POSITIVA Y LA MOTIVACIÓN POR LAS NUBES?

Nosotros no tenemos la receta mágica estándar, porque eso depende mucho de cada uno, pero sí que nos aventuramos a dar unos consejos generales que pueden servir para todos:

1. En primer lugar, las vacaciones son un período que podremos aprovechar para algo para lo que nunca hay tiempo en el día a día: reflexionar. Tómate un tiempo mirando al mar, a la montaña o a la gente paseando por la plaza de la ciudad a la que vayas. Analiza en qué punto estás y qué aspectos son los que hacen que no puedas disfrutar al 100% de tu trabajo. Haz una lista de los mismos y ponlos por escrito (esto ayuda a ponerles nombre, etiquetas y, por tanto, a hacerlos conscientes). Verás que no es un todo general, sino que, si los desglosas, son puntos concretos. Esto te permitirá pensar en soluciones aplicadas a los mismos.

2. Piensa en lo que te gustaría hacer al volver, si pudieras formular deseos, y escríbelos también. Procura que sean objetivos alcanzables (…no vale pensar en heredar de un tío lejano o en que te toque la lotería para dejar de trabajar…). Todos necesitamos metas y, el hecho de establecernos pequeños retos a conseguir durante el año que viene, nos ayudará a tener interés a nuestra vuelta, sabiendo que vamos a “pelear” por ellos.

3. Escribe las actividades que vas a tener que realizar para conseguir esos objetivos (por ejemplo, hablar con tu manager, participar en ese equipo que va a empezar a trabajar en un nuevo proyecto en el que te gustaría estar, formarte en esos nuevos aspectos que la empresa va a empezar a acometer y que a ti te atraen, planificar mejor tu tiempo y tareas…). Cada uno sabe dónde se encuentran las “piedras que hacen que le resulte incómodo andar con ese zapato que es su trabajo” y debe elaborar un plan con soluciones que dependan, única y exclusivamente, de sí mismo. Esto último es importante, ten la iniciativa de dirigir tu vida, no esperes a que te pongan las soluciones por delante. Sé el artífice de las mismas.

4. Reflexiona también sobre el grado de riesgo y de esfuerzo que estás dispuesto a asumir. Es probable que llegues a alguna conclusión-excusa para no hacerlo, del tipo “mi jefe no va estar de acuerdo en que me meta en este proyecto” o “no voy a tener tiempo para ello porque bastante tengo en el día a día”. Cierto, nadie ha dicho hasta el momento que cambiar nuestra realidad sea fácil. Piensa en lo que estás dispuesto a asumir o a dar, intentando que quede equilibrado con el resultado y el refuerzo que puedes obtener con ello. Escríbelo, también, ya que te ayudará a visualizar hasta qué punto necesitas y quieres un cambio para vivir tu realidad laboral de forma más positiva e ilusionante.

5. Detalla los recursos y las personas en los que te vas a apoyar para lograrlo: cursos, lecturas, personas de tu entorno laboral que te puedan ayudar, herramientas de trabajo…

6. Ponte plazos, tanto para la consecución de las metas, como para la realización de las actividades que te llevarán a ellas. Realiza seguimiento de cómo vas con tus logros y no caigas en la dejadez de olvidarlos cuando vuelvas a estar ocupado.

En definitiva, se trata de dedicar un tiempo a algo que durante el año no sueles hacer, sobrellevado por el ritmo diario: a pensar en ti mismo/a y cómo tener ilusión en tu trabajo, sin depender de agentes externos que te lo faciliten (aunque soy una firme defensora de que éstos tienen que existir también por parte de la Organización, pero cada uno es dueño también de su propia ilusión).

En vacaciones..¡Coge el timón de tu vida profesional y navega!La vida es un regalo que tenemos cada día y el tiempo no deja de correr, por lo que no debemos pasar por ella mentalizándonos de que tenemos que vivir con lo que nos va tocando y tratar de adaptarnos a ello sin más. Todos podemos hacer un esfuerzo activo por mejorar aquello que no nos gusta, o, al menos, por minimizar el impacto de las cosas que nos resultan negativas.

Estas vacaciones, dedícate un tiempo, haz un ejercicio de autorreflexión, encuentra nuevas posibles ilusiones y nuevas formas de proceder en tu día a día de trabajo. No olvides que cada día tiene que tener un sentido para ti, que siempre hay momentos positivos que disfrutar y que éstos también se pueden (y deben) encontrar en el trabajo.

Y, por supuesto, disfruta de tu familia, de tus amigos, de un buen libro, de un atardecer, de un desayuno tranquilo, pero recuerda que eso no debe ser sólo en tus vacaciones y mentalízate de que vas a ser capaz de hacerlo todo el año. Coge el timón de tu vida, dirígela hacia donde quieres y …¡NAVEGA!.

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